Regional

Defensoría Penal Pública presentó estudio regional sobre mujeres encarceladas

El estudio es un aporte desde la perspectiva de género para analizar y replantearse las políticas públicas y carcelarias.

“Este estudio nace de la necesidad imperiosa de hacer visible, ante todos los intervinientes del sistema penal y de la sociedad en su conjunto, de la situación en la que se encuentran las mujeres privadas de libertad de la región, quienes claramente viven situaciones de desigualdad injustificada respecto de los varones”, con estas declaraciones, Cristian Cajas, jefe regional de la Unidad de Estudios de la Defensoría Regional de Aysén, abrió la presentación del estudio “Mujeres encarceladas” realizado por profesionales de la esa institución en la región.

El estudio, inédito en la región, fue presentado el pasado jueves en la Mesa Intersectorial de Trabajo para Mujeres Privadas de Libertad, liderada por la Seremi de la Mujer y Equidad de Género, Andrea Méndez Valenzuela, en la que participan además las Secretarías Regionales Ministeriales de Justicia, Educación, Vivienda, Salud SOCIAL, y direcciones de Gendarmería, etc.

Orietta Rodríguez, trabajadora social, y el abogado Cristian Cajas, ambos profesionales de la Defensoría Regional de Aysén presentaron a la mesa este estudio que refleja la realidad de las mujeres encarceladas en el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Coyhaique, único recinto penal que, en la Región de Aysén, tiene efectivamente una sección para recibir mujeres condenadas a penas privativas de libertad o imputadas con prisión preventiva.

Esta sería la primera brecha de género detectada, por cuanto mientras los varones tienen la posibilidad de cumplir sus encierros en las cárceles de Coyhaique, Puerto Aysén, Cochrane o Chile Chico, según sea su lugar de residencia; las mujeres, independientemente del lugar de la región que sean, deben necesariamente trasladarse a Coyhaique, lo que además les genera desarraigo, imposibilidad de ver a sus hijos e hijas, y deterioro del vínculo familiar.

El Centro de Estudio y Trabajo Valle Verde, teniendo una sección habilitada para mujeres, sólo ha recibido a dos mujeres en los últimos cinco años. Desde el año 2018 sólo habitan varones.

Otros hallazgos significativos

El estudio “Mujeres Encarceladas” tuvo por objetivo conocer la situación de las mujeres privadas de libertad en la Región de Aysén, desde una perspectiva bio-psico social, tanto en el ámbito personal como familiar; además de las condiciones intrapenitenciarias en cuanto al acceso a atención en salud, capacitación, trabajo y uso del tiempo libre. Para ello se realizaron entrevistas sociales, informe psiquiátrico en base a entrevistas individuales, recopilación de antecedentes y análisis de las condiciones en las que cumplen su encierro.

Se focalizó entre los meses de marzo y abril 2022, sobre la población penitenciaria femenina de la cárcel de Coyhaique, que al momento mantenía once mujeres encarceladas.

En su caracterización general, las internas presentan un promedio de edad de 31 años; todas son chilenas; 8 son de Coyhaique, 2 de Puerto Aysén y 1 de otra región. Una tiene educación básica completa, 4 educación media incompleta, 5 educación media completa y 1 educación universitaria incompleta; el 36% se identifica como perteneciente a un pueblo originario; todas son solteras; el 60% no mantiene pareja; el 64% son madres; el cuidado personal de los hijos está a cargo de los abuelos (18%), otros familiares (12%), Servicio Mejor Niñez (12%); otros (23%), solo en 1 caso está a cargo de padre y 1 solo padre paga alimentos; cumplen condenas de 8,8 años de duración en promedio por delitos tales como parricidio, homicidio, tráfico de drogas y hurto.

Orietta Rodríguez, trabajadora social de la Defensoría Regional de Aysén, explicó que el estudio refleja, entre otros hallazgos, la constante disminución, a través de los años, de cárceles de la región con espacio para recibir mujeres; y un espacio insuficiente para que las mujeres internas puedan vivir por día y años, desarrollar actividades de capacitación, desarrollo personal y otras tendientes a su reinserción social. A la fecha del estudio 10 mujeres compartían un dormitorio de reducidas dimensiones.

“La mayoría de las mujeres, cumplen su encierro en soledad, es decir, sin el acompañamiento de quien en el medio libre eran sus parejas (varones); debiendo dejar a sus hijos e hijas al cuidado de la madre y padre maternos, en la gran mayoría de los casos. Esta situación se contrapone a la de los varones, ya que la mayoría recibe visitas periódicas de sus parejas (mujeres)”, comentó.

De acuerdo al informe de psiquiatra y trabajadoras sociales que participaron del estudio, la mayoría de las mujeres entrevistadas sufrieron vulneración de derechos, violencia física y psicológica desde la niñez, sin embargo, sólo un 27% de estos casos fueron intervenidos en su oportunidad por Sename.

Otro de los hallazgos negativos encontrados es la falta de acceso al trabajo, ya que solo una interna se encontraba trabajando remuneradamente. Esto contrasta fuertemente con las oportunidades laborales que tienen los varones al interior del mismo recinto penal.

El 59% de los hijos e hijas de mujeres internas están en plena etapa de desarrollo. Asisten a sala cuna, educación básica o media, por tanto, requieren especial apoyo y protección, sumando un nuevo factor estresor para las mujeres internas. Esta atención no está siendo entregada por el Estado.

El estudio considera una serie de otros hallazgos que demuestran una importante inequidad de género en la situación de mujeres privadas de libertad.

“Esperamos que esta publicación sea un aporte para concretar los cambios que se requieren en la situación de las mujeres encarceladas de la región”, destacó Cristian Cajas.

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